DÍA MUNDIAL DEL AGUA
La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1993 la resolución A/RES/47/193 por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, a celebrarse a partir de 1993, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo contenidas en el Capítulo 18 (Recursos de Agua Dulce) de la Agenda 21. Se invitó entonces a los diferentes Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de actividades concretas como el fomento de la conciencia publica a través de la producción y difusión de documentales y la organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos así como con la puesta en práctica de las recomendaciones de la Agenda
El agua y el saneamiento es un servicio público
que no puede dejarse a la voluntad del mercado
CONTRA LA PRIVATIZACIÓN
DE LA GESTIÓN DEL AGUA
El AGUA es un DERECHO HUMANO
reconocido por Naciones Unidas.
Es el recurso vital para los ecosistemas, para mantener la calidad de vida, la recuperación económica y para hacer la transición a formas más sostenibles. La Asamblea General de la ONU reconoció explícitamente en 2010, a través de la Resolución 64/292,
“el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que son esenciales para la realización de todos los derechos humanos”. Sin embargo, la mayoría de los Gobiernos y Administraciones, lejos de cumplir con sus obligaciones de garantizar el suministro público y el acceso al agua, están liberalizando la gestión de nuestros recursos hídricos, poniendo en manos privadas su abastecimiento; lo que conlleva una pérdida de calidad del servicio a la ciudadanía, una importante reducción de empleos y un encarecimiento de tarifas para lucrar a los empresarios.
La gestión pública en general, y en particular la gestión pública del agua son víctimas de un continuo descrédito conscientemente desarrollado, que se fundamenta en la falsa acusación de ser caras e ineficientes frente a la iniciativa privada. Sin embargo, no existen evidencias ni datos que avalen esta interpretación.
Las razones que fundamentan la privatización esconden las opciones ideológicas de los partidos gobernantes con objeto de beneficiar a las multinacionales y a las empresas de servicios para apropiarse de los “mercados cautivos” que suponen, en este caso, la gestión territorial y local del agua (muchos beneficios y pocos riesgos), al tiempo que conjugan los déficits económicos municipales y autonómicos.
Así, el Fondo Monetario Internacional. (FMI) en el año 2000 forzó la privatización del agua en 16 países altamente empobrecidos y endeudados. El Banco Mundial mantiene la tesis de que la gestión del agua solo puede ser eficaz si se la considera un recurso económico más que debe ser explorado, explotado y desarrollado por el capital privado. Y, desde 2005, la Unión Europea financia una entidad denominada “Servicios de Asesoramiento para Infraestructuras Público Privadas” (PPIAF) que ha gastado más de 22 millones de euros con la esta finalidad.
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